Miedo, frío, fragilidad.

Me llamo Sandra, tengo 14 años y hace unos días me diagnosticaron un tumor cerebral. Los médicos me dijeron que no me preocupara, que ellos se iban a encargar de todo, que la cirugía iba a salir bien.

Cuando me dijeron esto me eché a llorar, no me podía creer como en unos días mi vida había dado un giro de 180 grados totalmente.

Tenía dolores de cabeza muy fuertes, constantes náuseas, no recordaba bien las cosas y mi carácter había cambiado mucho en unos días. Ahora mismo, me encuentro ingresada en el hospital, alguno de mis amigos han venido a verme, me han animado un poco, aún  así psicológicamente estoy fatal. Me asusta la idea de morir.

Mi madre me dice que todo va a salir bien, que tengo que ser fuerte, pero cuando me ve a mí, se echa a llorar, no soporta verme tumbada en la cama de un hospital con suero inyectado a las venas.

Llevo aquí 15 días ingresada. El otro día los médicos  me dijeron que iba a venir un experto en la cirugía de Barcelona, que en 12 días iban a operarme, me iban a extraer el tumor. Me aseguraron que todo iba a salir bien, pero que luego iba a tener 9 meses para recuperarme. Ahora ya solo quedan 5 días para la intervención.

El corazón me late fuerte, estoy muy nerviosa, me paso el día agarrada de la mano de mi madre, apenas duermo, pero me considero lo suficientemente fuerte para superar todo esto.

Hoy es el día de la operación, son las 10 de la mañana, toda mi familia está junto a mí. Los médicos han venido a por mí, me están llevando al quirófano, mis padres me aseguran que no va a ser el último adiós, que están muy orgullosos de mí. Pero yo no soporto verles llorar.

Entro al quirófano, ya no me acompaña nadie, solo unos cuantos médicos que me dan
 toda la fuerza que puedo necesitar. Me acaban de poner la anestesia, no sé cómo pero de repente, entro en otro mundo, los conejos son de colores, los coches vuelan y yo tengo súper poderes. Parece que todo va bien, espera, hay un insoportable sonido que no para de sonar.

Me he despertado, este sitio es maravilloso, aquí todo es bonito, no hay guerras, ni personas que se odien. No, aquí brinda la paz, todo el mundo se quiere, y ni si quiera hay un montón de basura acumulada por el suelo.